Posiblemente la frase
“los hijos de uno nunca son feos” nunca tuvo más aplicaciones que en el rubro del marketing. Imaginemos que tenemos nuestro pequeño estudio de publicidad online (o de lo que sea), y creamos un blog porque
“comunicar es lo que hay que hacer”; instalamos un buen Wordpress, le cambiamos los colores para adaptarlos a nuestra marca, y nos ponemos a escribir esos largos artículos de 1000 palabras.
Todo es gloria, al menos por ahora. Y a lo mejor si somos buenos en lo que hacemos, la gente va a empezar a venir y a
ignorar el hecho de que tenemos líneas de texto de 100 caracteres, una fuente que no es nada atractiva de leer, colores que solo están porque “queda bonito”, o
imágenes con gente subiendo los escalones de una gráfica de barras o quien sabe que más.
A lo mejor los elementos que he nombrado arriba por si solas no marquen el éxito o no de nuestra iniciativa, pero sin dudas la sumatoria de todas puede acelerar mucho el proceso.
Quita esa fuente pequeña
Hace tiempo
me crucé en Medium un artículo excelente que habla como las personas leen en internet,
y en como la fuente marca una diferencia en esto (también hay un libro llamado
Reading in the Brain, no lo pude leer aún, pero se ve muy prometedor). Muchas veces nos olvidamos de esto y dejamos la que viene por defecto, o simplemente ponemos la que usamos en la página principal.
Pero esta bueno hacer estos cambios porque nos basamos en una teoría fuerte. Seguramente la gente que hace optimización de sitios y conversiones entienden la diferencia entre hacer las cosas porque si y hacer las cosas porque las estadísticas lo marcan.
El tamaño de
la fuente tiene que dar por resultado renglones entre 60 a 80 caracteres. Si nos pasamos de esa cantidad los reglones van a aparentar que son larguísimos y hará que el lector no tenga muchas ganas de leernos.
De la misma forma, entre
cada renglón tiene que haber un espaciado de 25-30 pixeles. Menos que eso hará que texto quede aplastado y sea incomodo de leer.
Por otro lado, el tipo de fuente (sans-serif o simplemente serif) depende un poco de lo que queremos transmitir. Por ejemplo, si somos una empresa que se dedica a lo legal, a lo mejor conviene usar algún tipo de fuente serif, ya que está más relacionada a comunicados serios y profesionales.
Por otro lado, la fuente sans-serif va mucho mejor en páginas de entretenimiento o de publicidad, donde tienen que dar una imagen mucho más moderna y casual.
Utiliza el poder de los botones
Los botones son piezas fundamentales de nuestra página web. Los botones le dicen a nuestro lector “che, hace clic acá” (los botones son argentinos). Una venta, un mensaje por nuestro formulario de contacto, un suscriptor en nuestro newsletter, son enviados por esos amigos de redondeado y llamativo cuerpo.
En el blog tampoco es un mal lugar para utilizarlos. A mí, personalmente,
me gusta usar botones grandes de “Seguir Leyendo” para llamar la atención del lector. En cuanto a los colores usa uno de tu gama de colores que se destaque (rojo, verde, naranja; azul si se quiere).
De igual forma ponlos en un lugar que sea fácil de ubicar. Esto ya depende de que cada página, pero imaginando un blog normal (que tiene le sidebar en la derecha), lo mejor es alinearlos hacia la derecha, de tal forma que quede en una posición centro-izquierda de la página.
Por favor, no uses imágenes de stock
En serio, no los uses. Aunque los medios más importantes ya han sabido ignorar esto (mira la página Entrepreneurs o incluso este blog), todavía me encuentro con muchas páginas que siguen usando imágenes como las siguientes:
No me voy a cansar de repetir que esto es lo peor que puedes hacer en tu blog y en tu negocio. Si tu objetivo es dar una imagen anticuada y seria, adelante, úsalos, pero si quieres estar un poco más actualizado con las tendencias, intenta buscar otras imágenes mucho más naturales.
Y tampoco es que es difícil de encontrarlos. En Dollar Photo Club por el irrisorio precio de 1 dólar (debes adquirir la suscripción de 10 dólares, que permite descargar 10 imágenes) puedes encontrar imágenes muy buenas y atractivas para decorar tu artículo.
Traduce todos los elementos de tu blog
Está bien que hayas comprado un template, de hecho es mejor que haber descargado uno gratis que tal vez ni siquiera es adaptable a móviles. Sin embargo, todos estos templates normalmente vienen en el idioma inglés; muy pocos desarrolladores se toman el trabajo de traducirlo, y por eso, este trabajo te lo tienes que tomar tú.
Un template sin traducir es como una mosca en la sopa, como una mancha en la camisa, como un partido de futbol que termina en empate, o como una tostada que cae del lado de la mermelada una mañana de lunes;
algo no está bien.
Vigila mucho los
“Read More”, las fechas (que no tengan el th al final), los
“Retaled Post” o
“About the Author”. Mira bien todas las partes de tu blog y traduce aquellas que están en inglés.
No hace falta que llames a tu programador o contrates a alguien. Si tu blog está en Wordpress (lo cual intuyo que está), simplemente ve a Apariencia/Editar para que te abra los códigos del template. Usa el sentido común y la caja de búsqueda de tu navegador; elementos dentro de un artículo pueden estar en un archivo llamado “singlepost.php” o similar, cuando este abra usa el buscador con la frase que quieres traducir para encontrarla.
Conclusión
El blog de tu empresa o estudio es una pieza importante en tu estrategia de comunicación, pues te permite comentar lo que se te ocurra y preguntar lo que sea sin estar atado a los límites de un Facebook o Twitter.
Por eso, mejor será que te tomes el tiempo de analizar lo comentado aquí arriba y ver cómo lo puedes plasmar. Así también, no descartes la herramienta de preguntar
“qué opinas de mi blog”. Pero hazlo a personas que sepan sobre diseño o marketing, pues te darán una perspectiva más enfocada a ganar seguidores y visitas.